Además de su patrimonio monumental, San Martín de Valdeiglesias cuenta con un emplazamiento envidiable rodeado de naturaleza, en plena Sierra Oeste de Madrid y a pies de la Sierra de Gredos. Hace poco en Hacienda la Coracera os presentamos el Embalse de San Juan, más conocido como la playa de Madrid. Hoy le toca el turno al Embalse de Picadas, un auténtico remanso de paz que merece la pena conocer.
Descubriendo el Embalse de Picadas
El Embalse de Picadas está situado a unos 60 kilómetros de la ciudad de Madrid, justo al borde de la Sierra de Gredos. Recibe su nombre del cercano Paraje de Las Picadas, muy cerca de Aldea del Fresno, Pelayos de la Presa y Navas del Rey.
Con una superficie de unas 92 hectáreas y una capacidad de almacenaje de 15 hectómetros cúbicos, la orografía del terreno facilitó la construcción de la presa en el año 1.952, que funciona por gravedad.
Actualmente, su función principal es la producción de energía hidroeléctrica aprovechando las aguas del Alberche, aunque también sirve para el riego y para abastecimiento de agua potable de las regiones colindantes.
El paso del río contribuye a mantener una rica vegetación mediterránea, donde abundan las encinas, los pinos piñoneros, enebros y acebuches (olivos silvestres).
Disfrutando de un agradable paseo por la zona se pueden divisar distintas especies de aves, ya que se trata de una zona ZEPA (Zona de Especial Protección de Aves). Entre ellas, hay colonias de buitres leonados, águilas imperiales ibéricas, pájaros carpinteros y abubillas.
Un ferrocarril que no llegó a funcionar
El entorno del Embalse de Picadas es ideal para los amantes del senderismo y del cicloturismo, que cuentan con rutas de diferentes dificultades, aptas para todo tipo de participantes.
Una de las rutas se realiza aprovechando lo que fue un tramo del ferrocarril que pretendía unir la línea Madrid-Almorox con Plasencia.
Sin embargo, solamente se construyó una pequeña porción entre San Martín de Valdeiglesias y Pelayos de la Presa, llegando a la Presa de las Picadas. Ahí quedó este ambicioso proyecto. Tras traer una locomotora exclusivamente para la inauguración del tramo por parte de Franco, todo quedó paralizado. Se desmontaron las vías y se retiró el ferrocarril.
Pero mirando el lado positivo, gracias a ello hoy en día se puede disfrutar de esta Vía Verde del Alberche. Cuenta con una longitud de unos 14 kilómetros que transcurren bordeando el embalse. Es una ruta muy asequible que no entraña gran dificultad, pero cuya riqueza paisajística enamora.
La zona se presta también a la práctica de otros deportes, como el piragüismo o la pesca controlada. Además, cuenta con un área recreativa ideal para descansar.
Cuándo visitar el Embalse de Picadas
Si bien es cierto que se puede visitar durante todo el año, lo recomendable es evitar los días de lluvia y también los de más calor, ya que algunas partes de la ruta carecen de buen sombreado.
En verano son muchas las personas que se acercan a disfrutar de este oasis natural a un paso de Madrid. Por tal motivo, en ocasiones pueden existir problemas de aparcamiento en las cercanías, siendo fundamental llegar pronto.
Para evitar los madrugones y exprimir al máximo todo lo que ofrece la zona, en Hacienda la Coracera contamos con el alojamiento perfecto para todo tipo de visitantes.
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